Es cuanto menos peculiar, la cantidad de enemigos que la vida te da. Gente con la que
ni siquiera has cruzado un simple "Hola" o "Adios". Y es que como dice
Pérez Reverte "La envidia no es que sea el primer
pecado capital de los españoles, sino que sigue siendo bandera de la
mayor parte de los odios que aquí circulan en todas direcciones".
Si
gozas de buen capital, tu pareja es atractiva o la casa en la que vives
es objeto de todas las miradas, eres el "sujeto perfecto" para la envidia cochina. El triunfo
desencadena una serie de rencores, cotilleos y descalificaciones a las
que todos nos sumamos alguna vez que otra con ese famoso "dicen que dicen..." o "a mi me han dicho..". Gente que te pone de
vuelta y media jurando que sabe de lo que habla sin que tu ni siquiera sepas como se llama.
"Vivimos en un país donde damos garrote
vil con el mismo entusiasmo, pelo a pelo, con que minutos antes hemos
estado aplaudiendo a rabiar. ¿Maldad? No. Impulso atávico, tan sólo.
Manera de ser. España y nosotros somos así, señora." (Pérez Reverte)
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